Cuando uno
es propietario de una mascota senil es importante tomar en consideración la
forma en que se verá afectada por la introducción de una mascota nueva. Los
animales que han vivido mucho tiempo están acostumbrados a la rutina diaria y a
la estructura social del grupo.
Para un
gato viejo resultaría una verdadera tortura tener que soportar a un gatito con
energía interminable y que en poco tiempo competirá por los mejores lugares
para descansar, por el alimento, por atención, etc. No sé si para los perros es igual o peor, ya
que estos sí se consideran parte de la familia y tienen una posición jerárquica
dentro de la estructura social de la misma. La llegada de un cachorro joven
provocará inicialmente celos y luego un conflicto serio ya que el recién
llegado intentará siempre dominar y ocupar un lugar más alto dentro de la
manada.
Esto debe
ser realmente estresante para ellos y es algo triste de presenciar.
Lamentablemente es una práctica extremadamente común el que las personas
adquieran a otro perro o gato cuando ven que no le queda mucho de vida a la
mascota; el resultado es inevitablemente el mismo: sufrimiento.
Este
problema se debe en primer lugar al desconocimiento de las personas sobre el
comportamiento de los animales domésticos, y en segundo lugar por razones
absurdas como que les dolerá menos si ya tienen al reemplazo viviendo con
ellos, lo cual es una prueba más de que la mayoría de personas se preocupan más
por sus propios sentimientos que por los de sus mascotas.
Otro caso
común es que otra persona lleve al reemplazo, como sucede cuando la mascota
senil es propiedad de una persona de edad avanzada y los hijos quieren hacer
que sea menos dolorosa la muerte del gato o perro.
Una vez
llega un gatito o perrito lo primero que sucede es que los humanos les prestan
más atención, porque son bonitos juguetones, esto es normal que suceda. Luego
el jovencito querrá jugar con en el viejito y éste no tendrá ganas o energía
suficiente para mantenerse al mismo nivel. En unos meses el nuevo miembro de la
familia intentará pasar sobre la autoridad de su hermano o hermana mayor y allí
habrá más problemas. Finalmente, cuando el joven supere al viejo ya ocupará un
lugar preferencial y se dedicará a hacérselo saber constantemente y sin
misericordia. El resultado es que quien una vez fue el rey de la casa habrá
dejado de serlo y tendrá que conformarse con ser segundo, no importa si a los
ojos del humano sigue siendo el favorito, lo que importa aquí es lo que ellos
sientan. A pesar de ser animales domésticos son parte de la naturaleza y la
naturaleza, al igual que la vida, es cruel y despiadada todos los días.